viernes, 1 de mayo de 2015

La lectura reflexiva

Una lectura reflexiva requiere un lector que gira sobre sí mismo mientras lee un texto y reconsidera «críticamente» lo que va obteniendo de esa experiencia. Girar sobre uno mismo es igual a pensar sobre lo ya pensado; y hacerlo críticamente consiste en comparar lo obtenido con algún criterio y detectar, si existiera, algún problema (inconsistencias, lagunas o errores) que impulse la necesidad de engendrar alguna idea reparadora. En otras palabras, la lectura reflexiva depende de un doble y sofisticado movimiento:

  1. Detectar inconsistencias en uno mismo, lo que supone que el lector toma como objeto de conocimiento su propio conocimiento, que es la esencia de lo que se denomina meta-cognición
  2. Reparar esas fracturas, involucrándose activamente en resolverlas, que es la esencia de un comporta miento estratégico.

Características.  
La lectura reflexiva  también es una forma de pensar, de resolver o razonar, lo cual conlleva el análisis, discriminación, el juicio, la evaluación y la síntesis, todos estos son procesos mentales que se fundamentan en la experiencia pasada, de manera que el contexto del tema presente debe ser examinado a la luz de las experiencias del lector.

Máximo nivel de comprensión. Consiste en repasar una y otra vez sobre los contenidos, para incorporar nuevas ideas que hayan pasado desapercibidas, tratando de interpretarlos. 

Es la más lenta. 
Detente en el título del texto porque allí vas a encontrar el tema del que trata.
Realiza una primera lectura rápida o lectura de espigueo para tener una idea global del tema. Podrás identificar la estructura del texto con títulos y subtítulos en los que está dividido. También es importante tener en cuenta las palabras que son destacadas en negrita o en otro tipo de letra, porque el autor me quiere decir algo importante y necesita remarcar de algún modo, como estamos haciendo nosotros con las explicaciones de cada tema, que te estamos dando. Fijar la atención en las palabras destacadas ayudan a la comprensión.
Realiza una segunda lectura: releer, lentamente, considerando párrafo por párrafo, buscando las ideas principales, identificando los conceptos nuevos.

Elabora un glosario, buscando las palabras nuevas o que no conozcas el significado en el diccionario y escríbelo, como hemos venido haciendo en clases y temas anteriores. No olvides que para poder comprender el texto tienes que saber qué significa cada una de las palabras.
Busca sinónimos (distintas palabras que tienen el mismo significado) de las palabras que has subrayado o que has buscado en el diccionario. También busca antónimos (palabras que significan lo opuesto. Por ejemplo: negro es el antónimo de blanco). Busca también las ideas complementarias: (No todos están tristes. Algunos están contentos).
Este punto es importante, porque te va a preparar para poder hacer un resumen o una síntesis, como lo veremos más adelante.

Al lado de cada párrafo, en el margen, por eso se llama notación marginal, escribí una o dos palabras que te ayuden a recordar de que trata el párrafo para después ver, cuando termines de leer de manera analítica todo el texto, cuáles son los párrafos más importantes que contienen las ideas principales.

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